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o parece la naturaleza, muy dispuesta a ayudar con eso de la sequía. Lleva (en mi pueblo) dos días seguidos lloviendo. Sin embargo, mi pluviómetro indica un acumulado de 48 horas de 2,4 litros por m². Es como una tomadura de pelo.
La humedad es de un incómodo 89% y la niebla es persistente, pero como digo, cantidades pírricas que no solucionan absolutamente nada.
Dicen los meteos televisivos, que la borrasca que hemos tenido encima y que se dirigía hacia Italia, tiende a retroceder, para volver a situarse sobre nuestras cabezas; veremos. Mientras por el Atlántico se acerca un nuevo frente que hoy se situará sobre Galicia. Eso hace pensar en la posibilidad de precipitaciones en los próximos días. Esperemos que sean un poco más generosas. Pero hoy no; hoy los niños de mi pueblo, podrán disfrutar de sus juguetes a pleno sol.
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| foto: Matti Merilaid |
El caso es que si no llueve, tendremos que «inventarnos» la lluvia y pedirle a Photoshop que se convierta en borrasca y nos regale un diluvio. Pero no es el caso de la fotografía que presento. Tomada en Estocolmo, donde estos días van sobrados de nieve y lluvia, como también en muchos otros lugares de la Europa central, donde incluso está haciendo daño.
