Nunca como ahora, tanto el Congreso de los Diputados como el Senado, han resultado ser la mejor fotografía posible de lo putrefacta que es nuestra sociedad.
Sí, sí... no pongas esa cara. Por definición son nuestros representantes, nosotros los hemos escogido, acudiendo como corderos en rebaño a eso que llaman «la fiesta de la democracia».
Una de dos: O no escogemos bien y somos idiotas, o escogemos perfectamente en función de lo que somos y somos eso. No sé qué es peor. Más nos valdría, ese día, en vez de votar, acudir a esa otra mierda, —dicen que representativa de nuestra cultura— la fiesta de los toros. O al futbol, que como no podría ser de otro modo, está más podrido que el cadáver de una rata un mes al sol.
Una de dos: O no escogemos bien y somos idiotas, o escogemos perfectamente en función de lo que somos y somos eso. No sé qué es peor. Más nos valdría, ese día, en vez de votar, acudir a esa otra mierda, —dicen que representativa de nuestra cultura— la fiesta de los toros. O al futbol, que como no podría ser de otro modo, está más podrido que el cadáver de una rata un mes al sol.
La fotografía más definida, de alta resolución, con los colores bien saturados; sobre todo, el rojo vergüenza de aquellos pocos que lo contemplan con preocupación.
¿Para cuándo un reglamento al estilo escolar, que castigue a los que insultan, satirizan y descalifican, expulsándolos y multándolos económicamente, sin dilación ni buenismos?
Esas instituciones a mí ya me recuerdan las aulas de los colegios norteamericanos, que veíamos en las películas. ¿Cuánto tardarán sus señorías (tiene huevos, llamarlos así) en tirarse las carpetas o los micrófonos a sus huecas cabezas?
Que usted los vote bien, o no, que para el caso es lo mismo.
La democracia es como dios, muchos creen, pero no ves ni a uno ni a otra por ninguna parte. A lo sumo, en la mente de los crédulos.
Que usted los vote bien, o no, que para el caso es lo mismo.
La democracia es como dios, muchos creen, pero no ves ni a uno ni a otra por ninguna parte. A lo sumo, en la mente de los crédulos.
Y ahora, me voy a ver las féminas del Barça.
Una de las pocas «alegrías de la huerta» que nos quedan.
Són una colla de miserables, tots i totes.
Com tu, vaig a veure a les dones del Barça.
Salut.
Ufff... que desilusión..
¿por qué?, a mi edad he de aguantar insultos personales a gente que les pagamos para que optimicen nuestros recursos.
Que si tu mujer es una ladrona, que si tu novio es un estafador, que si tu hermano más...
Si hay gente que se tenía inquina, ese eran Fraga y Carrillo; Suarez y Felipe,; Herrero de Miñón y Roca; Sole Tura y Martín Villa...y todos se sentaron a hablar, frente a frente, por el bien común, por nuestro bien, ese bien del que hemos de estar agradecidos, Ricard, porque cobramos gracias a ellos con su pacto de Toledo.
¡Cómo los encuentro a faltar!
Cuando me apropio de las palabras de Pedro Ruiz y digo que "nos gobiernan los últimos de la clase", no lo digo en plan baladí, lo de ayer fue tan asqueroso de ver por parte de todos, que parecían pescaderos contra verduleras pregonando sus productos, en vez de representar con honorabilidad sus posturas para llegar a entendimientos.
Y no me vale, ni acepto el tú más, porque eso es lo que los pescaderos y las verduleras hicieron ayer en el estrado.
Salut
Tal parece, como si todos se hubiesen afanado en mostrarnos en vivo y en directo, nuestras vergüenzas más intimas.
Si estos son los que nos representan, como seremos nosotros.
A pesar de todo, sigo creyendo en la democracia. Aunque solo sea porque me tocó vivir "lo otro".
No son nuestros representantes, se representan a sí mismos y se afanan en cobrar por sus mentiras, pagando a los medios, para que se difundan lo que les interesa. No son "nuestras vergüenzas" lo que muestran, es su indigencia de colores, corrillos de trepas y aplaudidores. Eso no es la democracia, es puro interés. Yo como Juan L. creo en la democracia, pero lo que tenemos no lo es. Mejor que se vayan, porque "estos" nos arruinan.