Aunque esta, la situación que describe la foto, fuera mi condición de bloguero, seguiría erre que erre con dar satisfacción a la costumbre de escribir, publicar fotos, rebloguear contenidos que considere interesantes (aunque no lo sean para otros). A veces, incluso a mí mismo, me resulta difícil entender los porqués, pero algo me dice que mejor no atender demasiado a esa incógnita.
No siempre soplan vientos favorables, como en estos días pasados en que opté por ofrecerme un pequeño parón. Pero, seguimos. Persistentemente, mientras el cuerpo y la mente lo permitan (Una vez más, dejemos a dios en paz).
Lo mejor de lo mejor: Esa disciplina que autoobliga y que acompaña un recorrido del reloj, cada día.
Lo inmediatamente mejor de lo mejor: Esa compañía de buenas gentes (pocas) que me ofrecen el privilegio de sus líneas.
Foto en Tumblr. Autor: "nsm" (no se menciona)
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Claro, claro y a mí que me parta un rayo, eh?
Me gusta la fruta, mamón !!
Vaya por deus! Se me ha escapado la mascota.
Cal guanyar temps al temps. cal anar més enllà de les paraules. Visca la resiliència.
Salut.
He tenido algunos momentos, en los que me he propuesto dejarlo. Pero ese pensamiento no he sido capaz de llevarlo a cabo, por alguna recóndita razón, que me he buscado para justificarme.
Me da miedo pensar en el día que me sea imposible, esta buena manera de existir.
Sería como tapiar la ventana que te lleva al mundo, a la amistad, a la controversia, a todo aquello que todavía te inquieta y te da motivo de respirar.
Esperemos, Juan, que la biología nos conceda sufrir un «jamacuco» lo suficientemente terminal, como para no tener que esperar a ver como nos vamos «estropeando» hasta ese punto que mencionas.
Sí, es lo mejor, uno se ha de imponer unas normas y una disciplina porque sino se va dejando, y eso no es bueno.
Salut
Mira que tengo poco derecho a opinar, porque llevo una racha tremenda de estar, es decir, apenas estoy, pero te diré algo, cuando puedo asomarme, hay dos casas a las que siempre voy, la tuya (variadas y de nombres cambiantes, pero a fin de cuenta, Ricard o cariñosamente Noxeus, y Juan Luis Trujillo, mi querido Juan. No me gusta la pisibilidad de no encontraros.
Aquí estaré mientras el cerebro siga respondiendo. Me consta que Juan piensa exactamente igual.
Y aunque a veces lo digo menos de lo que debiera: Muy agradecido de tu presencia.