La tentación es hablar de lo que está hablando todo el mundo: Valencia.
En cuanto al fenómeno en sí:
Pero no. ¿Para qué? Ya todo el mundo se está llenando la boca. Tuiteros, blogueros, tertulianos, periodistas, todos ocupan horas y horas. Pero claro; los que barren el fango están demasiado ocupados para decir nada.
No hablaré, ni de cifras, ni de datos meteorológicos, ni de las implicaciones que en esto hubiera podido tener el calentamiento del mar Mediterráneo, el cambio climático, las emisiones de C0² o el sursuncorda. Por supuesto, seguiré desconsiderando la opinión, de aquellos que mencionan la estúpida afirmación de que «no hay nada que no haya pasado antes» y no porque no sea cierto, sino porque como argumento es lo más pobre que pueda decirse. Sí, porque un cambio, —en este caso la climatología— no significa una novedad, sino una diferencia. Diferencias en los ritmos, en las intensidades, en las frecuencias El cambio climático no es algo nuevo, sino algo que se expresa de forma diferente. Pero es igual. Ni una palabra más.
Tampoco pensaré que esto es culpa de la clase política. Puede que sí, en cambio, de la corrupción, política y no política. No me olvido que en este país, el deporte nacional número uno es defraudar a Hacienda y por eso —no tengo la más mínima duda— nos «jode tanto» cuando pillan a un político. Puta envidia de no tener las herramientas que ellos pueden tener para eso del defraudar. Herramientas a las que -no te lo pierdas- acabamos llamándolas «poder»
Del mismo modo, cacarear «que no hacen nada» cuando si examinamos nuestra conciencia, no nos quedará otro remedio que aceptar que nos molesta, incluso algo tan simple como separar la basura por porciones. Qué fácil es decir «ellos» no hacen nada
Del mismo modo, cacarear «que no hacen nada» cuando si examinamos nuestra conciencia, no nos quedará otro remedio que aceptar que nos molesta, incluso algo tan simple como separar la basura por porciones. Qué fácil es decir «ellos» no hacen nada
Sí, Mazón, me merece el mismo respeto que un escupitajo en el suelo. Un tipo que se vanaglorió de haberse «cargado de un plumazo» la Unidad Valenciana de Emergencias y que borra sus tuits cuando ve que ha resbalado. Pero Mazón es solo una puntita de las múltiples que presenta un iceberg cuya masa escondida nadie puede cuantificar, más allá de imaginar.
En cuanto al fenómeno en sí:
Más vale que nos vayamos acostumbrando. Dentro de muy poco tiempo, esta cuestión ya no será un tema de debate, sino un tema de supervivencia.
Al final he acabado hablando, pero solo un poquito y de refilón.
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actualidad
Pero Mazón es solo una puntita de las múltiples que presenta un iceberg cuya masa escondida nadie puede cuantificar, más allá de imaginar....