Finaliza esta semana de los horrores.
La mala lluvia ha seguido estropeando los territorios, al tiempo que el sol de la verdad, ha ido brillando cada día un poco más. Nos seguimos preguntando como puede ser posible que la práctica mitad del electorado americano puede depositar su confianza en un energúmeno, cuando deberíamos hacernos exactamente la misma pregunta ante las previsiones del aumento de la extrema derecha en cada vez más países de la Unión Europea.
Sufrimos impertérritos las modificaciones de los intereses de los medios a la hora de administrar las noticias que nos ofrecen y somos muy pocos los que tratamos de ver la obra de teatro desde lugares alejados del escenario, tratando de incorporar a la información otras visiones, otras perspectivas y puntos de vista. Deberíamos recordar que jamás un crítico teatral, se sitúa en el escenario para valorar la obra; siempre trata de observar y escuchar desde la parte central de la bancada de la platea.
De golpe parece que Mazón importa tanto que anula de un bofetón, la guerra en Oriente Medio, en Ucrania, las peligrosas decisiones de los ayatolás de Irán, el juego macabro de ese coreano enloquecido amante de los petardos o la sonrisa cínica y criminal de Vladimir Putin. Incluso anula la voz de las víctimas y sus familias. Importa más la culpa de Mazón y su gobierno que las causas primordiales del problema.
¡Qué difíciles resultan ser, las miradas angulares!
Y mientras los días y las semanas van sucediendo, no es solo nuestro territorio peninsular el que se deteriora a base de sequías e inundaciones, cíclicas ambas y que nos condenan a una desertización progresiva; no es solo eso. Es la descomposición social en el llamado «primer mundo», donde ya impera la mentira, que paso a paso nos va encaminando hacia el colapso.
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Consti que estàvem avisats per Orwell. Winston treballava al Ministeri de la Veritat, des d'on precisament es manipulada això, la veritat.
ResponderEliminarSalut
Sí. Bon diumenge Francesc.
EliminarAyer hablaba con Mayte del tema. Nos hemos olvidado de Ucrania hace tiempo, y nos olvidaremos de Gaza dentro de nada.
ResponderEliminarLas cosas van tan rápido que todo se solapa y no da tiempo a digerir, y ya no sabes quien es quien ni quien está detrás.
Empiezo a temer a las pantallas.
salut
La memoria es corta. Creo que eras tú que hablabas de peces, cuando Francesc hablaba de cisnes verdes. Pues, efectivamente, parece que tenemos memoria de pez.
EliminarBuen domingo Miquel
https://www.youtube.com/watch?v=soTyiiUACx4
ResponderEliminar¡Hombre!! ¡Qué sorpresa o coincidencia! Muchas gracias por vel video.
EliminarFukase es el fotógrafo japonés que más me ha influenciado. Es su "culpa" que empezara a usar el desenfoque y las borrosidades en mis fotos.
Yo creo que necesitamos crear una barrera ante tanta calamidad en el mundo o no podríamos vivir. Poner distancia, así como si estuviésemos viendo una obra de teatro, para emocionarnos con lo que vemos pero no fundirnos en ello. Y aún así, no es fácil seguir adelante. Al menos, a mí no me resulta fácil, ni creer, ni ilusionarme, ni confiar. Si me dejo tocar por todo lo que ocurre estaría más muerta de miedo de lo que estoy, y tengo tres hijas todavía muy jóvenes a las que necesito contagiarles ganas por seguir adelante.
ResponderEliminarBicoss
A mí, me alerta la cantidad de cosas en las que dejo de creer.
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