La pasada semana he recibido 14 avisos fraudulentos, supuestamente desde DHL y GLS que me advertían de tener paquetes retenidos en la Aduana o bien para programar una nueva entrega después de no encontrarme en el domicilio. Todos ellos, en la carpeta de Spam, gracias a la eficacia de Google.
La reflexión es: Europa; si no somos capaces de legislar de modo y forma que esta actividad sea controlada, reprimida y castigada (y hay unas cuantas más), alguien puede decirme ¿en qué carajo seremos capaces de ponernos de acuerdo?
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5 comentarios
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Salut