Sarah Moon



Sarah Moon, en realidad Marielle Warin, nombre por el que no la conoce nadie, es sin duda una figura fascinante en el mundo de la fotografía, reconocida por su capacidad para capturar momentos oníricos y enigmáticos que trascienden la realidad.
Nacida en 1941 en Francia, de origen judío, comenzó su carrera en los años 60 como modelo en Londres y París. Sin embargo, su verdadera pasión siempre estuvo detrás de la cámara. A principios de los años 70 decidió pasarse a la fotografía, adoptando el nombre de Sarah Moon, estableciendo su propio estilo. Sus imágenes, en lugar de ser explícitamente sensuales, eran misteriosas y etéreas. Pronto, su trabajo llamó la atención de la industria de la moda y la publicidad, y empezó a trabajar con marcas icónicas como Cacharel, Chanel o Dior.
Su estética se caracteriza por un enfoque íntimo que desafía las convenciones de la fotografía tradicional. Moon es conocida por su habilidad para capturar momentos evocadores que se abren a múltiples interpretaciones y narrativas, creando imágenes que son como ecos de un mundo soñado. A lo largo de su carrera, ha experimentado con técnicas como el desenfoque, el movimiento y las exposiciones largas, que añaden una capa de misterio y poesía a sus fotografías.

Reconozco la influencia que ha tenido en mi fotografía. Ella es una de las culpables; no la única, ni mucho menos, de la fotografía que he practicado en mi última etapa.