Ciao Claudia








No tengo inconveniente en reconocer que formaste parte de mis ensoñaciones y también de mis fantasías sexuales de adolescencia. Pero eso no me impidió conocer tu talento. Después supe de tu inteligencia y que en definitiva eras "buena gente". Ahora que le has devuelto a la vida, lo que la vida te prestó, ya puedes navegar en el mundo de los recuerdos y los sueños.