Por que no se implican

Img: Nano Banana

La posición de los países musulmanes con respecto a la causa palestina nos sorprende y nos interroga. Es lógico desde nuestro punto de vista occidental y europeo, pero es una cuestión compleja y multifacética, y no se limita a una falta de voluntad de ayudar. Me parece ver cuatro razones destacables, que podrían explicarnos por qué muchos de estos países no se implican de manera más activa o directa en el conflicto.

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Temor a la desestabilización interna y regional:

Muchos gobiernos de países árabes y musulmanes, como Egipto y Arabia Saudita, temen que una mayor implicación o la simple acogida de refugiados palestinos pueda desestabilizar su propia seguridad. La entrada masiva de personas podría facilitar la infiltración de grupos militantes (como Hamás u otros) en sus territorios, lo que podría reavivar conflictos internos o tensiones ya existentes.
Los gobiernos de estos países son cautelosos con los movimientos islamistas dentro de sus propias fronteras. Temen que un apoyo abierto a la causa palestina pueda despertar y fortalecer a estos grupos, muchos de los cuales tienen vínculos con organizaciones como la Hermandad Musulmana, percibida como un amenazante desestabilizador de sus territorios. 

Intereses políticos y geopolíticos:

Países árabes tienen destacadas relaciones con Israel y Occidente Algunos países musulmanes han normalizado o están en proceso de normalizar sus relaciones con Israel, como parte de acuerdos más amplios que buscan la estabilidad regional y la cooperación económica y de seguridad. Está bastante claro que una implicación directa en el conflicto podría dar al traste con esos acuerdos.

El mundo musulmán no es un bloque monolítico, ni los árabes históricamente lo han sido nunca. Existen profundas divisiones entre países que apoyan a diferentes facciones dentro de la política palestina (por ejemplo, entre aquellos que apoyan a Hamás y aquellos que apoyan a la Autoridad Palestina). Estas divisiones dificultan una estrategia unificada y creo que sirven como una justificación para la inacción.

También está el temor a una «nueva Nakba». Países como Egipto y Jordania han expresado explícitamente su rechazo a recibir refugiados de Gaza por el temor de que Israel busque una expulsión masiva y permanente de los palestinos de su tierra. Evidentemente, eso acabaría poniendo  fin a la causa palestina y al reclamo de un estado, que esa causa lleva implícita.

Carga económica y social.

Los costos que suponen acoger a millones de refugiados palestinos, como ya ha hecho Jordania con millones de personas de guerras anteriores, implica una enorme carga económica y social. Los gobiernos temen desbordar sus sistemas de salud, educación y vivienda, así como crear tensiones sociales internas. Y aunque algunos países de la región son ricos en petróleo, muchos otros tienen sus propios desafíos económicos y sociales que limitan su capacidad para proporcionar una ayuda masiva y sostenida.

Diferentes prioridades:

Muchos países musulmanes tienen sus propios problemas internos, como conflictos, inestabilidad política, desafíos económicos y movimientos sociales, que monopolizan la atención y los recursos de sus gobiernos.
Aunque los gobiernos pueden parecer reticentes, la solidaridad con el pueblo palestino es muy fuerte entre la población de los países musulmanes. La sociedad civil, a menudo reprimida por sus gobiernos, es la que más se moviliza a favor de la causa. Esto demuestra que la falta de implicación no es un reflejo de la opinión pública, sino el resultado de las decisiones de los líderes políticos en democracias poco consolidadas.