Cuando la opinión baila un rock

Foto: Pexels, licencia libre.


Ha llegado un momento, en que los niveles de idiotez han crecido tanto, que me confieso incapacitado para saber qué me irrita más, si los crédulos o los incrédulos.

Asistimos impasibles y despreocupados al espectáculo que ofrecen, por un lado, los conspiranoicos, con sus teorías disparatadas, y por el otro, los devotos de la falsedad, adoradores de lo fake, cuyo único argumento ante un debate formal suele ser el «lo he visto -o lo dicen- en Facebook».
Ambos grupos bailando obscenamente en la pista de la opinión, un rock and roll que suena gracias a una inteligencia artificial de la que todos hablan y nadie sabe, ni un guisante.
No puedo sacudirme la impresión que recibo de que todo se está yendo al más alto de los carajos y que aquel meteorito salvador —que acabe con todo— ya está tardando demasiado.

Que todos tengamos un buen fin de semana (o al menos los que puedan).