Y ahora calla y escribe.
—Es difícil, rodeado y ensordecido por esta escandalosa actualidad—contesto.
Pero tú, cuando quieres, bien sabes aislarte del ruido ambiental y siempre encuentras algún refugio que te permita equilibrarte y destensarte.
—Sí, es eso cierto. Mira, hoy, por ejemplo, me han dado un motivo para centrarme y es bien sencillo. Un pequeño regalo que me llega de la mano de Miquel:
Nada de lo que ha estado conmigo me abandona.
No pierdas el sentido de la ironía.
Y es maravilloso, como un simple comentario, en una entrada de un par de días atrás, puede espolear la cabalgadura y emprender un galope. Y es que no hay nada más notable que practicar la sabiduría de aceptar a los demás tal cual son. Aceptar también que sus activos, lo son, a pesar de que no nos gusten del todo y permitirles decir y hacer; en definitiva, ser como son. Y estar rodeado de personas que practican esa sabiduría es magnífico.
En este sentido -ser como somos- puedo decir que a ciertas alturas de la vida, me doy cuento de que voy escogiendo posturas y actitudes. Me complazco en visitar muy a menudo eso que llamo País de Nox que solo es un estadio mental donde trato de convivir con los sueños y los recuerdos, los anhelos y los deseos.
Pero, sería equivocado pensar que se trata de vivir de espaldas a la realidad. Nada de eso. En definitiva, es como la fotografía. He pasado de ser un usuario convulsivo que lima el disparador con el dedo índice, a un observador concienzudo y analítico de los trabajos de los demás; esos que van llegando después de mi generación y tratando con ese estudio, «suponer» hacia donde se dirige aquello que empezó en una granja de la campiña francesa hace ahora dos siglos.
Y luego está la ciencia. El saber, no solo no ocupa lugar, sino que dispone más espacio. Es mi religión. Y tiene multitud de templos, iglesias y capillas. Desde la catedral de la biología molecular, hasta la capilla de la astrobiología. Verdaderos altares desde los cuales celebrar la liturgia del conocimiento. Otra forma de soñar. Como dijo alguien: ¿Qué seríamos sin la imaginación?
Conviene no olvidar que todo aquello que sabemos, todo lo que hemos construido, toda la ciencia, empezó siendo un puntito imaginado en la mente de un ser humano. Y a pesar de millones de puntitos se han hecho grandes, como dijo el poeta catalán: Tot està per fer i tot és posible.
Gracias por venir, gracias por leer(me).
No te tumbará; yo te ayudaré Autor desconocido, alrededor de 1950. |
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