Por supuesto, y no podría ser de otro modo, hay toda clase de blogueras. Algunas le ponen más interés que otras, a la cosa. Luego están las que llevan incorporado un gato y viven en la cama. Afortunadamente, de esas, no me sigue ni una. Había una que al parecer siempre «recomenzaba», pero creo que anda por el limbo de la blogosfera.
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