Literalmente, llovían rocas del cielo.
Hace entre 485 y 443 millones de años (muchísimo antes del famoso evento que extinguí a los dinosaurios) hubo una concatenación de impactos de asteroides en nuestro planeta: llovían rocas del cielo, literalmente. Pero no ocurrió en toda la Tierra, sino en una estrecha franja, en una especie de cinturón sin demasiada inclinación respecto al ecuador. ¿Por qué? La mejor explicación que han encontrado los astrónomos es que, tras el encuentro con un asteroide, la Tierra pudo rodearse de un anillo ecuatorial terrestre, similar al que tiene Saturno, que se habría disipado gradualmente durante unos 40 millones de años, a medida que sus pedazos caían sobre la Tierra. |
Lo interesante es que, si la hipótesis es cierta, eso habría afectado seriamente al clima terrestre, según nos explica Josep M. Trigo Rodríguez, del Instituto de Ciencias del Espacio (ICE-CSIC). Porque con un anillo girando alrededor del planeta azul, la radiación solar sería menor en cada hemisferio. Durante los inviernos, haría más frío y en verano, la luz solar reflejada en los materiales del anillo aumentaría ligeramente la irradiación de los hemisferios estivales. Recordemos que con un aumento pequeño ya es suficiente para alterar los climas. Suerte que, una vez que el anillo fue perdiendo materiales y se disipó, el clima global recuperó las temperaturas típicas. |
Resumen: La Tierra tuvo anillos similares a los de Saturno, durante un periodo cercano a los cuarenta y dos millones de años.
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Deu n'hi do, aquí no hi havia paraigua que et protegís. Però això dels anells és curiós de com podia afectar el clima.
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