Cuando el vecino que vive en la boardilla del edificio anexo, gran aficionado a la fotografía, por mera casualidad, abrió la ventana, tuvo que reprimir cualquier exclamación, pues inmediatamente fue consciente de que el más mínimo sobresalto podía ocasionar que Barry se precipitara al vacío.
En vez de eso, con mucho cuidado y lentitud, corrió las cortinas, dejando solo un pequeño espacio por el que planeaba apuntar su objetivo con la máxima discreción posible.
—Esto es algo que no puedo perderme— se dijo para sus adentros.
En realidad, Barry era un tipo desagradable que no se llevaba bien con nadie. Vivía solo, con la compañía de una gata a la que llamaba «Tatcher» en clara alusión a la antigua primera ministra.
El fotógrafo analizaba la escena y sintió cierta emoción pensando en la fidelidad del pobre animalito que parecía no querer separarse de Barry en este momento tan dramático. Tatcher permanecía inmóvil, al igual que Barry, que parecía estar esperando el momento más adecuado para saltar. De vez en cuando se escuchaba un maullido al que seguía un largo silencio.
Pasaban los minutos y no sucedía nada. Tatcher maullaba, Barry no se movía y Tommy —que así se llama el vecino fotógrafo— tomó una sola foto y pronto empezó a sentir la tentación de insultar al indeciso y provocarle más hastío por la vida. En vez de eso, lo que ocurrió es que la gata le miró largamente. Le había descubierto tras las cortinas. Maulló largo y fuerte. Se dio la vuelta y se acercó a su ventana, saltando por el tejado. Tommy se conmovió interpretando que la gata le pedía ayuda. No podía imaginar lo que realmente estaba pasando por la cabeza del animal. Evidentemente, no podía traducir aquel maullido que en realidad le decía:
En vez de eso, con mucho cuidado y lentitud, corrió las cortinas, dejando solo un pequeño espacio por el que planeaba apuntar su objetivo con la máxima discreción posible.
—Esto es algo que no puedo perderme— se dijo para sus adentros.
En realidad, Barry era un tipo desagradable que no se llevaba bien con nadie. Vivía solo, con la compañía de una gata a la que llamaba «Tatcher» en clara alusión a la antigua primera ministra.
El fotógrafo analizaba la escena y sintió cierta emoción pensando en la fidelidad del pobre animalito que parecía no querer separarse de Barry en este momento tan dramático. Tatcher permanecía inmóvil, al igual que Barry, que parecía estar esperando el momento más adecuado para saltar. De vez en cuando se escuchaba un maullido al que seguía un largo silencio.
Pasaban los minutos y no sucedía nada. Tatcher maullaba, Barry no se movía y Tommy —que así se llama el vecino fotógrafo— tomó una sola foto y pronto empezó a sentir la tentación de insultar al indeciso y provocarle más hastío por la vida. En vez de eso, lo que ocurrió es que la gata le miró largamente. Le había descubierto tras las cortinas. Maulló largo y fuerte. Se dio la vuelta y se acercó a su ventana, saltando por el tejado. Tommy se conmovió interpretando que la gata le pedía ayuda. No podía imaginar lo que realmente estaba pasando por la cabeza del animal. Evidentemente, no podía traducir aquel maullido que en realidad le decía:
— Me largo. Este mierda, no tiene agallas de tirarse. Hace frío. ¡Que se joda! —
Barry también se dio la vuelta, pero para bajar por esa especie de andamio. A media altura se le rompió un peldaño, aterrizó en los adoquines y se rompió la tibia.
Tommy me explicó que la gata desapareció mientras Barry estaba hospitalizado. No se la ha vuelto a ver.
Yo, por mi parte, me quedo pensando cuál de los tres es el más cabrón.
Barry también se dio la vuelta, pero para bajar por esa especie de andamio. A media altura se le rompió un peldaño, aterrizó en los adoquines y se rompió la tibia.
Tommy me explicó que la gata desapareció mientras Barry estaba hospitalizado. No se la ha vuelto a ver.
Yo, por mi parte, me quedo pensando cuál de los tres es el más cabrón.
Sin duda no cuentas con el cuarto, ese si que fue un cabró. El Sr andamio.
ResponderEliminarMe ha gustado la historia, la foto y lo real y transitorio que es todo. La miseria que se abarca y llega a ver con el objetivo desde esa altitud es realmente impresionante.
Un abrazo