Bien sabría Dios, si existiera, que soy incapaz de tomar partido o simplemente decantar, aunque solo fueran dos gramos, la balanza entre uno y otro lado del conflicto. No me gusta nada como está actuando Israel y no ahora, no. Desde que empezaron a ocupar territorios que no les correspondían.
Pero tampoco me gusta el otro lado de la moneda y espero que nadie crea que se trata solo de Hamás, ni que se confunda pensando en alguna causa palestina. No, ya no es así. Las implicaciones están extendidas como una taca de aceite sobre una mesa. Tanto que el mayor hostigador, el más peligroso, el máximo proveedor de destrucción, ni siquiera es árabe. Es persa. Lo cual no deja de tener su toque irónico si uno repasa la tradicional animadversión entre los árabes y los persas, hoy llamados iraníes. Un pueblo que ni siquiera habla árabe sino farsí. Pueblo que orgullosamente añora el imperio de Ciro el Grande y que ellos conocen como Kūruš.
Vaticino que no tardaremos en tener serios problemas para distinguir Hamás, de Hezbolá, de árabes en general a persas en particular. Lastimosamente, tienen un punto en común -el más estúpido de todos- les une una creencia y una circunstancia tan lamentable que incluso es capaz de borrar de un plumazo los antagonismos sunitas y chiíes.
Insisto en que no tomo partido. Que quede bien claro. Os traigo una Web, porque nada mejor que ponerle caras a los números para darse cuenta del horror que todo esto significa. "Tráelos a casa ahora"
Lamentablemente, no hay una web en el otro lado, pues los cerca de 6500 fallecidos en Gaza ya no volverán.
Me horroriza ver las implicaciones y ramales que al final son los que consiguen que el mundo se vea impotente para parar esta barbarie.
NOTA AÑADIDA:
Si yo fuera, uno de los que figuran en esa web, estaría aterrorizado por lo que Israel está haciendo por "supuestamente" devolverme a casa y lo consideraría mi mayor peligro.
