La Fragilidad Parlamentaria
La principal característica de este Ejecutivo es su dependencia del Congreso de los Diputados. Cada votación se convierte en una prueba de fuego, tal y como se vio en el reciente rechazo a la senda de estabilidad para los presupuestos de 2026. Aunque el Gobierno ha logrado sacar adelante importantes proyectos sociales y algunas medidas económicas, la negociación constante con socios que tienen intereses dispares (especialmente los partidos nacionalistas e independentistas) ralentiza la agenda legislativa y condiciona profundamente las reformas. Esta dificultad para articular mayorías ha llevado, incluso, a rebajar la ambición de algunas reformas comprometidas con la Unión Europea para salvar la llegada de fondos de recuperación.
Desafíos y Prioridades
El Gobierno se enfrenta a importantes retos económicos, como la gestión de los fondos europeos, el impulso a sectores estratégicos (como la energía eólica) y medidas sociales (como el aval para el alquiler asequible). Sin embargo, la atención pública a menudo se desvía hacia el ruido político y los escándalos, como las recientes denuncias internas en el Partido Socialista, que, aunque Sánchez ha desestimado como motivo para adelantar elecciones, aumentan la percepción de inestabilidad.
La Sombra de la Corrupción y los Escándalos
A esta inestabilidad política se suman las sombras que proyectan las investigaciones y los escándalos que tocan a la esfera del partido que sustenta al Gobierno.
Por un lado, la corrupción ha vuelto a primera plana con investigaciones como las llevadas a cabo por la UCO, que apuntan a presuntas irregularidades en áreas como Hacienda, Transición Ecológica y Correos. Aunque el Gobierno ha manifestado su colaboración con la justicia, este tipo de noticias erosiona la confianza pública y desvía el foco de la gestión diaria.
Por otro lado, el Partido Socialista se ha visto salpicado por escándalos de presunto acoso sexual que han forzado dimisiones en distintas estructuras territoriales (como en Belalcázar o Galicia). A pesar de que el presidente Sánchez ha descartado un adelanto electoral, argumentando —ayer mismo— que «merece la pena gobernar», estas denuncias y la respuesta interna del partido a las mismas han generado un debate intenso sobre la ejemplaridad y la rendición de cuentas dentro de la formación.
¿Adelanto Electoral o Estabilidad?
En el tablero político, la pregunta sobre la duración de la legislatura es recurrente. Mientras una parte significativa de la población (casi el 60%) vería con buenos ojos un adelanto electoral, el presidente Sánchez ha manifestado su intención de agotar el mandato, a pesar de las presiones internas y externas.
En conclusión, el gobierno actual de España opera en un entorno de máxima volatilidad. Su éxito se mide no solo por las leyes aprobadas, sino por su capacidad diaria de gestionar una geometría parlamentaria excepcionalmente compleja, que lo obliga a transitar por un sendero angosto y plagado de vetos cruzados.
Conclusión: Una Legislatura de Máximo Riesgo
El Gobierno de coalición avanza sobre un terreno movedizo. La necesidad de acuerdos in extremis en el Parlamento y la persistencia de controversias éticas y de corrupción configuran un escenario de máximo riesgo político. La principal tarea del Ejecutivo, más allá de la gestión económica y social, parece ser la de sobrevivir día a día, tratando de disipar la percepción de que la inestabilidad y los asuntos internos superan la capacidad de liderazgo y la ambición reformista prometida.
Muy buen resumen de la actualidad política. Sin posicionamientos. Cualquier persona sensata lo subscribiría.
Es lo que hay, pero Sánchez y su manual de resistencia son capaces de cambiar la situación, aunque, francamente, yo de él, les soltaría un: señorías, ya estoy hasta los cojones de todos nosotros y me largaría, que de expresidente se vive tranquilo y muy bien.