De suma importancia es no tener ansiedad por conseguir resultados. Se trata de un ejercicio parsimonioso que no debe estropearse por prisa alguna.
Muy importante es también, ofrecer a la víctima pausas reconstituyentes. El verdugo observará que llega un momento en que la risa descontrolada, da paso a ruidosos alaridos de desespero. Es el momento de parar y ofrecer un descanso.
Así pues, esta ocurrente tortura, puede entenderse como una obra de teatro con sus subidas y bajadas de telón.
Posiblemente en el segundo o tercer acto, la víctima no pueda controlar los esfínteres y llegue a mojarse escandalosamente. Si Vd. decide seguir, no debe preocuparse. No dude que acabará seco, con la mirada perdida, posiblemente ahogado en sus vómitos. Es decir; seco del todo.
Se me ocurren unos cuantos opositores. ¿Y a tí?
foto: Ricard Pardo
Se me ocurren unos cuantos opositores. ¿Y a tí?
foto: Ricard Pardo
La llista d'opositors seria molt llarga, deixem-ho de moment, no vull perjudicar a ningú.
ResponderEliminarLa misma palabra, tortura, hace que no se la aplicara a nadie, por mucha enjundia que le tenga. Ahora bien, y es curioso, y para no ir de buenistas, ¿soy partidario de la pena de muerte? : En ocasiones. ¿En ocasiones?, en ocasiones no es respuesta, y si lo eres una vez, en una ocasión, eres partidario.. ¿Y no es la pena de muerte una tortura en su fin?....pues sí, lo es, pues entonces, Miquel, eres partidario de la tortura.
ResponderEliminarNo hay más, no hay eufemismos, no hay doble lenguaje.
Salut