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| foto: Noxeus, 2004 |
Dejamos atrás, hoy sábado, una semana más y que a mí me ha resultado bastante dura. En el cenit de esa dureza, una prueba médica bastante dolorosa, pero que me ha posibilitado saber que aún quedan profesionales de la salud pública, capaces de hacerte evocar la delicadeza de la rosa. Un doctor y su enfermera cuidadosos, cariñosos, pacientes y comprensivos. Hoy en día, me temo que son como una rosa nacida en un rosal espinoso y salvaje al lado de un camino boscoso. Quizás por ello, destaquen. Y sin duda alguna merecen esta mención impersonal y discreta.
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bitácora

En la sanitat hi ha més roses que espines. Salut.
Això, estimat, és com tot. Depèn de les experiències personals de cadascú. Servidor sap que abunden les llambordes.
Me adhiero a ese reconocimiento y animo a que te repongas satisfactoriamente.
Gracias; ánimo no me falta. Al menos de momento.
Mientras, observo que la necesidad crítica no se extiende hasta llegar a la rosa. Algo que debo asumir y respetar.
Gracias Juan. Voy a ver si arranco el camión y lo llevo a descargar al depósito de las fortalezas.
😘