Hemos vendido a Mohammed VI, un déspota dueño de siete mujeres, en teoría esposas suyas y por cuatro putos chavos a un pueblo noble que no quiere ser marroquí y muchos de los cuales tienen padres que en su día tuvieron carnet de identidad español.
Los abandonamos a su suerte; ahora los vendemos.
Tuve el privilegio de conocer el pueblo saharaui, un poquito durante mi servicio militar (1970-71) y antes de la Marcha Verde y ahora siento una vergüenza infinita.
Entre "sextos" se mueve la cosa. Asco!
Foto: Agencia EFE/Ballesteros
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